jueves, 18 de junio de 2009

paomoby

Nunca lo supiste, pero yo venía saliendo del dolor, eran tiempos oscuros y conocerte me hizo brincar y cantar de alegría, mi corazón se hinchó, desbordaba alegría a chorros, era domingo cuando amanecí muy feliz y me fui al partido, llovía pero el día me pareció perfecto. No recuerdo bien, pero creo que aún no hablábamos por teléfono, de cualquier modo tu voz me conquistó más, me animó más. ¿Fue como un año no? Desde que "por error" te agregué. Y nadie lo sabía.

Y entonces quedamos de vernos en la iglesia de coyoacán, todo estaba tan bien que me dio miedo conocerte, ¿y si todo se echaba a perder? tu no sabías de mis defectos ni yo de los tuyos, eso lo supé hasta que te vi y no me gustaste, estabas ahi sentada esperandome, me seguí de largo pensando: ¿que hago me voy?, no que poca madre tendría, pues ya ni modo. Y me acerqué a ti.

-Hola- dije

Volteaste y dijste -¿¿eres tuuu??- Gran decepción.

En las fotos no te veías llenita, ni naquita y tus cejas no eran escazas. Y supongo que en las fotos yo no me veía tan chaparrito y tantas cosas más que habrás pensado al verme.

-Sí, soy yo-

Y nos fuimos por una chela, una jarra mas bien, las cosas no parecían marchar mal, reiamos y el momento incomodo desapareció. Eramos novios ya pero faltaba modificar esa imagen que teniamos uno del otro a la real, mientras la jarra se acababa y pedíamos otra yo no sabía cual era el siguiente paso, sin caritas del messenger, sin estado de "no disponible", sin poder colgar, no se me ocurrió otra cosa que decirte que nos fueramos a caminar.

La cerveza había hecho lo suyo, y entonces me llevaste por un camino y a la mitad te detuviste, no había nadie y me besaste. Me gustó tu beso y no lo dejamos de hacer.

Nos vimos cuantas veces, 4 o 5 creo, siempre en coyoacán, tus pantalones acampanados tapaban tus tenis y no me gustaba, tus piercings eran algo nuevo para mi y tu cabello negro. La pasabamos muy bien, platicábamos bien padre y besabas bien rico, hasta me dedicaste la de True love waits y todavía cuando la escucho me acuerdo de ti.

No te amaba ni te quería, ni tu a mi, y vivías al otro lado de la ciudad, lo supe la vez que te fui a dejar y el regreso hubiera sido eterno de no haber estado tú en mis pensamientos. Las llamadas fueron menos, nunca nos mentimos, nunca nos lastimamos.

La última noche te llamé bien pedo, te quería ver, y me dijiste que tenías novio que era boxeador y que lo habías hecho con él, muy justo y en tu derecho, no pude mas que eliminarte de todo lo eliminable, teléfono, messenger... todo quedó en un bonito recuerdo que no pude eliminar de mi corazón.

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