miércoles, 17 de junio de 2009

XX

La falta de sexo me está amargando, bueno, y también la falta de un beso.
Es eso o ya me casé con la soledad, no esa que nos hace sentir mal y tristes, sino aquella que
nos hace ser fuertes, crecer, madurar y hacer lo que nos venga en gana.

Me gustaría no ser tan pendejo, pero no me gusta el sexo sin besos. Así que no tengo solución.

Supongo que es hermoso cuando alguien te dedica su día, o tan sólo su mirada, nada más para ti, para ti solito, pero yo estoy aquí solito, sin mirada, sin día y sin beso.

Eso me amarga y yo no quiero, me hace odiar, y yo no odiaba, yo amaba, lo bueno que del amor al odio sólo hay un beso. Pero repito ni eso. Y perdón que lo repita tanto, debe ser grande mi deseo.

Ya no sirve ser uno mismo, tampoco fingir, no sirve ser lindo y sincero, me caga mentir, me caga no ser ese yo que quiero, por eso, por eso no me quieren.

Por miedoso, por aventado, por ser lo que soy, por parecer, por aparentar, por lo que sea...

Estoy madreado y hasta la madre de escribir de sentir, de ser un amargado y apesar de todo quererme tanto.



No hay comentarios:

Publicar un comentario